Tras leer muchos blogs sobre Psicología Infantil, e ir cogiendo ideas de aquí y de allá he elaborado este decálogo para crear niños emocionalmente fuertes y con límites definidos. A mi como madre me sirve mucho y también cuando algún papi o mami me pide consejo en el colegio.
Espero que os guste y os sea de utilidad.
1. No
regañes en público. Ya que ellos están
más centrados en terceras personas que escuchan la regañina que en lo que estás
tratando de enseñar. Si no se puede pasar por alto lo que está haciendo, se le
llama la atención y se le dice que después se hablará con él en casa sobre ese
hecho. Y lo más importante de todo… hacerlo!!
2. No
escatimar con las instrucciones. Ya que
puede no comprender lo que le estás pidiendo. Tienen que ser lo más específicas
posibles. En vez de decirles “pórtate bien”, debes explicarle lo que quieres
“por favor, quiero que vayamos de la mano por la calle”.
3. Sobornar
al niño. Hay veces que para
evitar rabietas o conseguir algo rápidamente (un buen comportamiento, un beso a
un familiar…) sobornamos al niño. Todo esto tiene consecuencias a largo plazo
ya que estamos reforzando el mal comportamiento. Los niños necesitan darse
cuenta de que comportarse bien, ser amable, no tiene premio, sino que es así
como esperamos que se porten.
4. Desatender
el hambre y la alimentación del niño.
No podemos esperar que se porte bien si tiene hambre, ¡nadie puede! Y esto
también sirve para el sueño. El
hambre y el sueño dificulta la concentración y aumenta la impaciencia.
5. Dar
discursos y argumentos demasiado largos. Explicar por qué no está bien y que no debe hacerlo de
nuevo de forma brece para que no pierda la atención.
6. Volverse
loco. Gritar elimina la
posibilidad de llegar a los niños. Hablar con tranquilidad, explicando qué no
nos ha gustado y haciendo saber al niño que si continúa así o responde con
gritos tendrá una consecuencia a la que deberá atenerse (proporcional al mal
comportamiento).
7. Tomarse
las cosas como algo personal. Las
razones para actuar de los niños son múltiples y muy variadas. No tienen
autocontrol y aprenden a base de poner a prueba los límites. Necesitan tu
atención para su desarrollo, no lo están haciendo porque no te quieran o no les
gustes, simplemente están explorando cómo conseguir lo que quieren (normalmente
tu atención) o de qué manera. Si te tomas a lo personal estas cosas no te
saldrá ser cariñoso y tendrá consecuencias en vuestro vínculo afectivo.
Continúa dándole besos y abrazos, pero hazle saber que igual que tú no le
faltas el respeto no vas a permitir que él te lo falte a ti.
8. Avergonzar
o comparar al niño. Este hecho hace que
se resienta hacia la otra persona e impide que pueda mejorar en su
comportamiento. Hay que centrarse en lo que cada uno hace bien y no en comparar
actitudes. Así reforzamos positivamente.
9. Sobrepasarse. El castigo o consecuencia debe ser proporcional a lo
que han hecho. Si nos sobrepasamos con el castigo, no estamos siendo justos y
es un desafío enorme llevarlos a cabo. Es bueno establecer unas reglas en casa
con consecuencias lógicas si no se cumplen, ellos sabrán las consecuencias.
10. Pasar cosas
por alto. Si las normas se cumplen
sólo esporádicamente enseñas a tu hijo que no es importante romperlas porque no
hay grandes consecuencias. La inconsistencia hace sentir al niño que realmente
tú no estás al cargo lo que genera confusión. Por ejemplo, si pasamos por alto
una patada porque estamos jugando, esto implicará que también lo puede hacer
enfadado. Hay que explicarle que siempre está mal dar una patada.