A la mayoría de los niños les gusta jugar con la arena, y si ésta la han hecho ellos mediante un sencillo experimento mejor que mejor.
En estos días que llueve tanto y que se nos van agotando las ideas para entretener a los más peques, este experimento es un éxito asegurado. La arena mágica es una especie de plastilina como un polvo que al apretarlo se compacta y se puede modelar usando las manos o moldes.
En realidad no se trata de arena de verdad, sino que es un polvo a base de harina muy fácil de realizar y divertido.
Necesitamos:
- Harina.
- Aceite de bebé.
- Colorante alimentario en polvo o a base de aceite (opcional) para dar color a la arena.
La proporción es muy sencilla, una medida de aceite de bebé por ocho de harina. Lo más importante es respetar bien las proporciones. Solo hay que colocar los dos ingredientes en un recipiente y mezclar con las manos hasta que el aceite esté bien distribuido por toda la harina. Si la mezcla se queda muy seca, se agrega un poquito de aceite, si por el contrario está muy mojada necesita un poco más de harina.
Para dar color hay dos opciones. Si se usa colorante en polvo, se mezcla con la harina antes de agregar el aceite. Si usamos colorante a base de aceite, éste se echa en el aceite antes de incorporarlo a la harina.
¡¡Ya tenemos nuestra arena mágica!! Personalmente, mis hijos, suelen jugar en una caja grande para que la arena no acabe por toda la casa, y usan vasitos, cucharas, moldes, etc.
¡¡Ya tenemos nuestra arena mágica!! Personalmente, mis hijos, suelen jugar en una caja grande para que la arena no acabe por toda la casa, y usan vasitos, cucharas, moldes, etc.
¡¡Espero que os guste la idea!!
(Imágenes tomadas de Internet).
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